Estos días nos estamos dividiendo en dos grupos. Ayer, mientras unas paseábamos por Lisboa, las otras dábamos nuestro tiempo a niños y niñas haciendo voluntariado.
Pero en un lado o en el otro, por la noche siempre volvemos a Fátima y tenemos la gran suerte de dormir muy cerca del corazón de la ciudad, donde el santuario es un lugar muy visitado.
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